viernes, 12 de febrero de 2010

Mi viaje a la playa.

Ya tiene algún rato que no tengo jaina (o sea "novia", para los nacos que no entienden) así que como este va a ser el primer 14 de Febrero que me voy a pasar solapa, pues no quise quedarme en mi casa viendo películas cursis, ni salir a la calle para encontrarme con parejitas besuqueándose y moteles con filas de coches esperando su turno; así que mejor decidí hacer un viaje relámpago a la playa. A mí no me gusta ser como toda esa bola de nacos que se van a Acapulco, yo soy de catego, de la alta, de la jai laif; entonces mejor opté por lanzarme a las bellas playas de Oaxtepec. Es más cerquita y además va menos gente, por lo consiguiente hay menos nacos. Como siempre he sido muy avispa, me dije a mí mismo: "no mames, no te esperes al fin de semana wey, ese día sí va a ir toda la nopaliza, mejor vete de una vez" entonces ayer en la mañanita hice mi petaca. Cabe decir que sólo empaqué lo estrictamente necesario, a saber: mi short del Atlético Pambolero que es mi equipo de fut de los domingos, la crema de coco con aceite de tortuga que me compré en Acapulco, mi playera del América pa no quemarme mi espaldita, mis chanclas verdes estilo retro, mi toalla de Miky Maus, y mis lentes de sol marca Dulche y Gabana. Pura clase, como siempre.

Agarré la pesera para irme a la terminal de camiones, y, como casi nunca sucede, había un resto de tráfico. Siempre me he caracterizado por ser bien desesperado,así que me bajé de la pesera y llegué caminando a la terminal de camiones, pues pensé que el camión se me iba a ir si yo no llegaba a tiempo. Y es que no sabía que cada media hora sale un camión para Oaxtepec, la neta me vi bien naco, pero es que como siempre he viajado en puro avión, pues yo me había quedado con esa costumbre, ya sabes cómo somos la gente cool, no?
Total que compré mi boleto del pulmón de morelos (así se llamaba la aerolínea de mi camión, qué loco no?) y me fui a esperar que me llamaran para treparme. Mientras estaba en la salita de espera, veía a la bola de nopales que van ahí cargando sus cajas de huevo amarradas con un mecate, eso se ve bien piñata la verdad, pero como soy bien civilizado no les decía nada, nomás los veía con cara de "fuchi" y hasta ahí.


Llegó la hora de subirnos al camión, yo puse mi petaca en la parte de abajo y le dije al chofer "cuidadito y se me pierda algo eh, lo tengo bien contado wey" y le eché mi mirada número 45, la de "abusado que te rompo tu madre". Y es que tengo todo un catálogo de miradas, una para cada ocasión, esas las voy a escribir aquí después. Pues me trepé al aparato ese, o sea el camión, y me fui hasta atrás, porque siempre me ha gustado sentarme hasta atrás en los camiones para poder echar desmadre como en la secu. Pero esta vez sí se me chispoteó porque no iba nadie más hasta atrás y pues yo ni modo que echara desmadre solito. Estuvimos esperando como diez minutos, la verdad ya me estaba desesperando, así que le grité al chofer "cámara carnal, pagué pasaje, no hospedajeeee!" y es que siempre he sido un defensor de las causas nobles, y no me iba a dejar que nos hicieran esperar hasta que quisieran.

El pinche choferucho ese nos hizo esperar todavía un ratito, y estaba yo medio encabronado, pero de pronto vi que se subió una mamirriqui al camión y pensé en echarle mis perros, lo malo fue que se sentó bien adelante y pues la dejé por la paz. Ella se lo pierde.


Por fin se empezó a mover el camión y emprendimos vuelo hacia nuestro destino. Yo en las películas siempre veo que la gente va escuchando sus aipods cuando viajan, así que para verme bien cool, saqué mis walkman que tengo desde que iba en la prepa, y me puse a escuchar un cassette de Enrique Guzmán, siempre he sido un gran admirador de ese señor porque considero que es una de las estrellas de la época de oro del rocanrol. El camino no se me hizo pesado, lo único malo fue que me quedé dormido y le piqué un botón al walkman y se me borró el cassette de Quique Guzmán, pero no hay pedo, ora que regrese a mi casa voy a escuchar el radio todos los días para que pasen sus canciones y las pueda grabar en mi cassette de nuevo.


Llegamos a las playas de Oaxtepec y se veía todo bien fantástico. Yo me fui a cambiar luego luego porque ya me andaba por echarme un clavado desde el trampolín y así poder impresionar a las muchachas. Iba yo caminando bien cuco con mi playera del América, mi short y mis lentes Dulche y Gabana, cuando de pronto veo a ¡la mamirriqui del camión! la verdad es que se veía bien chula, traía uno de esos bikinis que se usan por tres razones: la primera es para poder nadar y las otras dos saltan a la vista. La verdad no iba a dejar escapar esa oportunidad, así que me le acerqué y le solté mi mejor frase ligadora: "pssss... tons qué mami? vas a querer o se lo echamos a los perrosss?" no voy a escribir aquí lo que me dijo la chava, porque mi amá me ha enseñado que las palabrotas no deben de escribirse nunca; pero la verdad es que sí me dijo unas cosas que hubieran hecho sonrojar a un diablo mariguano. Después de que me dejó bien ofendido, tuve que soltar la frase que siempre uso cuando una chava no responde a mis piropos: "ni que estuvieras tan buena íralaaa", la chava me hizo una seña con el dedo majadero y se fue moviendo sus cachetes bien rápido.
Después de esta vicisitud me dispuse a tirarme en el suelo para tomar el sol y agarrar un poco de color, quiero ponerme chapetiado chapetiado para verme más guapote, así que me puse mi crema de coco con aceite de tortuga; me quedé tirado un rato ahí viendo a la gente cómo nadaba y se aventaba clavados de panzaso, saqué el sangüis de aguacate que me había mandado mi amá, y unos chicharrones con cueritos que me había comprado en el tianguis. La verdad es que estaba disfrutando mucho de mi tarde vacacionista, me acabé mi sangüis y me esperé dos horas para poder nadar, porque si no te puede dar un calambre en la panza y te mueres de ahogamiento. Hacía un resto de calor, me cae, así que para ser sincero nomás me esperé como siete minutos y me metí a nadar. Para impresionar a la perrada, me aventé mi clavado estilo "Edinburgo", ese tipo de clavado es con dificultad 4.8 y siempre es un éxito en las playas. Caí al agua medio de panzaso, y nomás sentí como todo el sangüis se me revolcaba en las tripas; pero ni modo de defraudar a mis fans, así que no dije nada, y nomás vi las caras de asombro de la gente, las mujeres me miraban con deseo y los hombres con envidia, así me pasa siempre la verdad.


En la alberca me lo pasé de lo más divertido, hacía bucitos y sacaba agua por la boca al estilo de Keiko, fue muy divertido verdá de dios que sí. De pronto, me vinieron las ganas de hacer de la pis... el baño quedaba bien lejos y pues la verdad apliqué la técnica de miarte-en-la-alberca-haciendo-como-que-vas-nadando-de-muertito-pa-que-la-gente-no-se-entere. Pobrecitos de los que andaban buceando porque los he de haber dejado bien flameados. Pero cuando tienes que ir, tienes que ir.
En menos de lo que les cuento, se había hecho bien tarde. Tenía que apurarme porque luego ya no hay peseras pa mi casa, así que me salí y me vestí bien rápido, o como se dice: en chinga loca o como pedo de ninja; ya ni me dio tiempo de bañarme, pero no importa, en la alberca me lavé mi carita y mis partes nobles, así que con eso bastaba.
Llegué barriéndome a la terminal de camiones, y compré mi boleto del pulmón de morelos, esta vez el chofer sí fue buena onda y fue muy eficiente, así que llegamos de volada a la capirucha, ora sí que se puede decir que el chofer manejaba en infinitum. 
Saliendo de la terminal de camiones, me fui al metro, pero con tan mala suerte que el último metro ya se había ido: eran más de las 12 de la noche. La verdad sí me enojé y pensé "chale, si no me hubiera quedado tanto tiempo en la playa, no hubiera pasado esto" agarré un taxi y me llevó hasta la casa de ustedes que es la mía. O mejor dicho: la mía, que es la de ustedes....cuando quieran jeje. Bueno perdón por el albur que me acabo de echar. El punto es que el taxista me dejó en mi casita, y mientras desempacaba mis cosas, me di cuenta de que se me habían olvidado mis lentes Dulche y Gabana en el camión, y que mi toalla de Miky Maus se había salpicado de cloro y se había despintado una orejita del Miky. Me encabroné demasiado y me di cuenta de que, definitivamente, el 14 de febrero es una fecha maldita para mí. Por eso, este 14 me iré afuera de los moteles para ponchar las llantas de los calenturientos que nomás piensan en setso, y no en amor.
Esta es una lección que he aprendido: el amor no apesta, pero el 14 de Febrero, definitivamente huele a caca.


Gracias por leer y nos vemos en mi próxima aventura.


Besos.

2 comentarios:

  1. jajajajajajajaja no pude escribir en un buen rato de la risa!!!! "y se fue moviendo bien rápido los cachetes" jajajajajaja

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  2. Jeje, yo soy fans de tu blog la verdad.

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