martes, 22 de junio de 2010

MI reflexión: soy un fiasco.

Nunca he sido muy romántico ni nada así wey. Es una de las cosas que me cagan de mi casi perfecta personalidad. Ni pedo. Pero últimamente me ha pasado algo bien diferente, así como dice mi profesor, el pacheco fuma hierba, algo muy suigeneris. A mi edad ya uno se pone a pensar en cosas más fantásticas. Y es que todos mis valedores ya son así jefes de familia y todo el pedo, con vieja, hijos, responsabilidades, obligaciones. 

Hace unos cuatro años, cuando todos teníamos más o menos como veinte, llegó conmigo mi valedor el pomadas y que me dice así de "no mames wey, mi vieja la nicol está preñada wey" el pomadas siempre ha sido medio pendejo para hablar, y dice que una vieja está "preñada" cuando en realidad la expresión correcta es "cargada". Bueno, ni pedo, el punto es que mi valedor El pomadas, ya era todo un hombre de familia. Se salió de estudiar del conalep donde estaba para meterse de guardia de seguridad y poder cumplirle a la Nicol como todo un hombrecito. Ahora el morrito del pomadas y la Nicol ya tiene tres años, ya hasta le hicieron su fiesta y lo vistieron de monaguillo para presentarlo en sociedad, estuvo bien chido ese pedo porque en la fiestota todos acabamos hasta las chanclas, el pomadas estaba bien contento porque había logrado sacar adelante a su familia, y no les faltaba nada. Él y su morra viven en la casa de los papás de mi valedor, en un cuarto que la mamá de él les prestó pa que ahi vivan. La Nicol trabaja de auxiliar ejecutiva de intendencia y el pomadas sigue con su empleo de guardia privado de seguridad intramuros; al morrito, que se llama brayan didier de jesús, lo cuida la carnala de la Nicol, aunque la verdad no lo cuida muy bien porque ella nomás se la pasa sabroseando con su wey, y el brayan didier el otro día ya se andaba broncoaspirando porque se tragó una crayola, tuvieron que hablarle a doña pachita la partera wey, pa que le aplicara las maniobras de primeros auxilios y le salvara su vida de él. Pobrecito brayan.

Otro de mis valedores, el Quequi, es un año mayor que yo, pero ya tiene un morro de siete años. La verdad ese wey es todo un ejemplo para mí porque a pesar de las múltiples adversidades y vicisitudes que ha tenido que enfrentar, siempre ha sido un buen padre. Pa que su morrito no se quede solito en las noches, a veces se lo trae con la banda cuando nos vamos a chupar o cuando nos vamos a un pelódromo. Al principio no lo dejaban pasar con Yon Adailton -así se llama su morro- pero como el puto cadenero ese del pelódromo ya nos conoce, pues entonces ya nos da chance de pasar con todo y chavito. Así va a ir aprendiendo wey, además es mejor que aprenda con nosotros que con unas malas amistades que sepa dios cuánta mala información le puedan dar al morrito. Somos algo así como sus guías, sus gurús. Un pedo muy fantástico. La mamá de Yon Adailton anda desaparecida, con paradero desconocido. Dicen las malas lenguas que se fue con un señor a vivir al gabacho, pero que ahora la andan padroteando y la ponen a hacer estriptis para ruquitos gringos calenturientos que se la pasan gritandole de cosas obscenas. Esa morra ya se perdió wey. Lo bueno es que el Quequi se encarga de guiar por la vida a esa criatura del señor.Un hombre admirable me cae.

Con los ejemplos anteriores, me pongo a recapacitar. La neta me deprime no haber hecho nada de mi vida aún. Tengo veinticuatro añotes y aún no tengo esposa, ni morritos; todo el dinero que gano, lo uso para comprarme mi ropa, irme de parranda, ponerme incróspito, echar desmadre. No tengo aún una morra que me grite y me insulte porque no nos alcanza el dinero; no he podido construir una bonita relación de matrimonio después de un largo, maduro y formal noviazgo de seis meses; no me he casado porque mi morra está preñada; no he concebido un morrito o morrita a quien le pueda poner un nombre bien chingón de origen árabe-austriaco-finlandés aunque no combine con mi apellido nahual; no tengo ni vieja ni morro a quienes me pueda llevar en metro cada día 28 del mes a visitar a san juditas, o cada diciembre a una peregrinación en bicicleta a la villita para darle las gracias a la virgencita de que, a pesar de que a veces no tengamos ni para tragar, nos siga "protegiendo"; no tengo ninguna de esas satisfacciones que la vida te da cuando haces las cosas a tiempo, en forma. La he cagado y sólo me dedico a trabajar, medio estudiar, cuidarme y echar desmadre. Esto ya me preocupa.

La he cagado.

No somos nada.

Ni pedo.

sábado, 12 de junio de 2010

Contra los bananabanana

Me quise ir al mundial de fucho en Afríca, un país muy bonito que yo ya conocía porque había visto la película de el Rey León cuando era chavito y me llevaron a los cinemas gemelos a verla; además siempre veo los programas que pasan en el Sky (el sky es una cosa muy chida que tenemos la gente importante y pudiente, ya sabes) y ahí salen las negritas encueradas y los negritos cazando jabalíes y avestruces y todo el pedo, así que era una buena oportunidad de ver todo eso y además ver los partidos de fucho.

Me fui a la agencia de viejas, digo, de viajes de mi colonia con todo lo que había juntado vendiendo aipods chinos, además de que hice una tanda para juntar una lana extra. La neta en la tanda me hice pendejos a unos cuantos para sacar más varo, lo que sea de cada quién, y es que el que no tranza, no avanza.

Llegué a la agencia de viajes y le dije a la morra “Buenas, fíjese licenciada que vengo a pedir informes para irme a lo del mundial para ver los partidos de futbol y así” procuré que el “y así” que dije al final, sonara muy fresa para que vieran que soy alguien pudiente, de catego, de la jai laif. La morra que estaba ahí me dijo “ah claro señor, mire el paquete más económico cuesta cinco mil ochocientos…” cuando escuché eso, yo pensé “a webo, está bien bara, si me alcanza con lo de la tanda wey” pero entonces la morra terminó la frase diciendo “…dólares”. Me quedé con mi cara de pendejo porque tengo entendido que cinco mil ochocientos dólares son como ochenta mil novecientos treinta y nueve pesos con cuarenta y siete centavos. Más o menos. Le dije a la morra “ah okey… este… entonces ahorita regreso licenciada y así, okey?” y me salí todo decepcionado wey.

Yo nomás llevaba como cuatro mil doscientos varos, así que la neta no me alcanzaba ni para el enganche, entonces con ese varo me fui a comprar mi playera negra de manga larga de la selección que está bien chingona, y el resto lo guardé en mi alcancía de forma de cochinito sonriente que mi amá me trajo de chinconcuac. Me puse medio emo porque no iba a poder irime al mundial, a pesar de todo mi trabajo para juntar el dinero, y del riesgo que corrí al estafar a la gente con lo de la tanda, pero como dice mi amá: “cuando diosito cierra una puerta, abre una ventana y pone a dormir un camarón pa que se lo lleve la corriente y entonces por pendejo tenga cien pájaros volando”. O algo así. Me puse a ver la tele y vi que en el zócalo iban a poner unas telesotas para que toda la banda pudiera ir a ver el partido, así que me di cuenta que el dicho que mi amá me había dicho (verso sin esfuerzo) era muy cierto. El viernes muy temprano me puse mi playera negra de manga larga de la selección de México y agarré el metro para irme al zócalo con toda la banda. Había un resto de gente cuando llegué pero se veía que iba a estar bueno el desmadre. Lo malo es que había un resto de azules y como yo me había llevado mi botella de cocacola con un piquetito de bacacho (el bacacho es bacardi, pero así le decimos los fresas wey,  dato cultural pa que se les quite tantito lo nacos y así) entonces me daba cosa que los de la tira me fueran a quitar mi cocacola con bacacho, además yo lo había llevado para que el ambiente se pusiera más cuco. También me había llevado una torta de huevo revuelto con plátano macho, una receta de mi bisabuela Ramona, esa combinación es energética y te pone bien acá, bien loco y bien yonki. Iba bien preparado para el desmadre, ya sabes como es uno de prevenido.

Total que los de la tira me quitaron mi botellita los muy culeros, así que nomás me pude echar mi tortita de huevo revuelto con plátano macho, algo es algo. Ya había un resto de banda y se ve que la mayoría ya había estado chupando desde antes de llegar, yo hubiera hecho eso mismo para ponerme bien loco, pero pues no se me ocurrió la mera verdad. Me quedé bien impresionado con las pantallotas esas, y nomás pensé así de “no mames, ha de estar de webos jugar equisbox en estas telesotas wey”  En eso empezó lo del partido, la verdad se me puso la piel chinita cuando pasaron el himno nacional mexicano, me puse bien loco, después cuando pusieron el himno de los bananabanana yo me la pasé mentándoles su madre, lo que sea de cada quien, pero nomás lo hice para pasar el buen momento, que conste.

Pues estos culeros negritos nos atoraron el primer gol y toda la banda se puso bien loca, mentando madres, haciéndola de pedo, gritando leperadas y así. Pero lo mejor vino en el segundo tiempo porque entró mi ídolo el temoc y ese wey es como un dios, la merdad verdad; nomás entró él y ¡tómala barbón! que les metemos el gol a los bananabanana wey, yo grité como pinche desesperado y me eché a correr y a abrazar a cuanto cabrón me encontraba, la verdad fue un momento muy fantástico y emotivo.

El partido quedó empatado y todos estábamos medio decepcionados la verdad, pero como siempre hay que ser muy positivos y ver las cosas buenas de la vida, me lancé al angél para seguir echando desmadre. Cuando llegué nomás éramos como cien cabrones ahí, gritando como pendejos y la verdad nadie nos pelaba, así que no estuvo tan chido. Lo bueno fue cuando llegaron los granaderos a quitarnos, yo le quité su escudo a uno de ellos y me eché a correr así bien rapidísimo como pedo de ninja hasta la estación del metro. La gente me veía bien raro con mi escudo de granadero, pero yo nomás me les quedaba viendo con cara de “tú qué pedo?” y se volteaban. Cuando llegué a mi casa, le tuve que decir a mi amá que el escudo era de un valedor y que nomás me lo había encargado tantito. Le puse unos tubos pegados con silicón y ahora uso el escudo como mesita de centro en mi recámara, se ve bien cuco, todo un souvenir.

El próximo mundial espero que sí pueda ir a ver a la selección. Mientras tanto, voy a irme a ver los partidos a las telesotas del zócalo, nomás que ya no se la voy a hacer de a pedo a los granaderos, con un escudo es suficiente. Y para sentirme como en áfrica, voy a ver el rey león de nuevo y a las negritas encueradas del discovery channel.

Wakawaka eh eh. Porque esto es áfrica.