Nunca he sido muy romántico ni nada así wey. Es una de las cosas que me cagan de mi casi perfecta personalidad. Ni pedo. Pero últimamente me ha pasado algo bien diferente, así como dice mi profesor, el pacheco fuma hierba, algo muy suigeneris. A mi edad ya uno se pone a pensar en cosas más fantásticas. Y es que todos mis valedores ya son así jefes de familia y todo el pedo, con vieja, hijos, responsabilidades, obligaciones.
Hace unos cuatro años, cuando todos teníamos más o menos como veinte, llegó conmigo mi valedor el pomadas y que me dice así de "no mames wey, mi vieja la nicol está preñada wey" el pomadas siempre ha sido medio pendejo para hablar, y dice que una vieja está "preñada" cuando en realidad la expresión correcta es "cargada". Bueno, ni pedo, el punto es que mi valedor El pomadas, ya era todo un hombre de familia. Se salió de estudiar del conalep donde estaba para meterse de guardia de seguridad y poder cumplirle a la Nicol como todo un hombrecito. Ahora el morrito del pomadas y la Nicol ya tiene tres años, ya hasta le hicieron su fiesta y lo vistieron de monaguillo para presentarlo en sociedad, estuvo bien chido ese pedo porque en la fiestota todos acabamos hasta las chanclas, el pomadas estaba bien contento porque había logrado sacar adelante a su familia, y no les faltaba nada. Él y su morra viven en la casa de los papás de mi valedor, en un cuarto que la mamá de él les prestó pa que ahi vivan. La Nicol trabaja de auxiliar ejecutiva de intendencia y el pomadas sigue con su empleo de guardia privado de seguridad intramuros; al morrito, que se llama brayan didier de jesús, lo cuida la carnala de la Nicol, aunque la verdad no lo cuida muy bien porque ella nomás se la pasa sabroseando con su wey, y el brayan didier el otro día ya se andaba broncoaspirando porque se tragó una crayola, tuvieron que hablarle a doña pachita la partera wey, pa que le aplicara las maniobras de primeros auxilios y le salvara su vida de él. Pobrecito brayan.
Otro de mis valedores, el Quequi, es un año mayor que yo, pero ya tiene un morro de siete años. La verdad ese wey es todo un ejemplo para mí porque a pesar de las múltiples adversidades y vicisitudes que ha tenido que enfrentar, siempre ha sido un buen padre. Pa que su morrito no se quede solito en las noches, a veces se lo trae con la banda cuando nos vamos a chupar o cuando nos vamos a un pelódromo. Al principio no lo dejaban pasar con Yon Adailton -así se llama su morro- pero como el puto cadenero ese del pelódromo ya nos conoce, pues entonces ya nos da chance de pasar con todo y chavito. Así va a ir aprendiendo wey, además es mejor que aprenda con nosotros que con unas malas amistades que sepa dios cuánta mala información le puedan dar al morrito. Somos algo así como sus guías, sus gurús. Un pedo muy fantástico. La mamá de Yon Adailton anda desaparecida, con paradero desconocido. Dicen las malas lenguas que se fue con un señor a vivir al gabacho, pero que ahora la andan padroteando y la ponen a hacer estriptis para ruquitos gringos calenturientos que se la pasan gritandole de cosas obscenas. Esa morra ya se perdió wey. Lo bueno es que el Quequi se encarga de guiar por la vida a esa criatura del señor.Un hombre admirable me cae.
Con los ejemplos anteriores, me pongo a recapacitar. La neta me deprime no haber hecho nada de mi vida aún. Tengo veinticuatro añotes y aún no tengo esposa, ni morritos; todo el dinero que gano, lo uso para comprarme mi ropa, irme de parranda, ponerme incróspito, echar desmadre. No tengo aún una morra que me grite y me insulte porque no nos alcanza el dinero; no he podido construir una bonita relación de matrimonio después de un largo, maduro y formal noviazgo de seis meses; no me he casado porque mi morra está preñada; no he concebido un morrito o morrita a quien le pueda poner un nombre bien chingón de origen árabe-austriaco-finlandés aunque no combine con mi apellido nahual; no tengo ni vieja ni morro a quienes me pueda llevar en metro cada día 28 del mes a visitar a san juditas, o cada diciembre a una peregrinación en bicicleta a la villita para darle las gracias a la virgencita de que, a pesar de que a veces no tengamos ni para tragar, nos siga "protegiendo"; no tengo ninguna de esas satisfacciones que la vida te da cuando haces las cosas a tiempo, en forma. La he cagado y sólo me dedico a trabajar, medio estudiar, cuidarme y echar desmadre. Esto ya me preocupa.
La he cagado.
No somos nada.
Ni pedo.