domingo, 6 de febrero de 2011

El amor apesta.

Let´s face it: ya viene el 14 de Febrero. Para algunos de ustedes, tórtolos sin remedio, será un día más de chocolates, regalos baratos, besos salivones y sexo en el motel. Para nosotros, los que pertenecemos a ese selecto grupo de llevo-más-de-un-año-soltero, sólo será un día más donde, si bien nos va, recibiremos una paletita de corazón de parte de algún buen samaritano que desee hacer nuestro día menos amargo.

Por lo anterior, he formulado la tesis siguiente, que consiste de algunos breves pero, a mi parecer, irrebatibles argumentos, acerca de por qué apesta tanto estar enamorado y, especialmente, el 14 de Febrero. A saber:

- En primer lugar, ¿hay algo más cliché que regalar un peluche el 14 de Febrero? Ni a nosotros nos apetece gastar más de 200 pesos -promedio- en un puto Tigger gigante, ni a nuestras viejas les hace mucha gracia. En el mejor de los casos lo van a usar de almohada un par de semanas y, pasada la euforia, los van a amontonar con los otros 342 osos, jirafas, perritos, Winnie Poohs, Batmans y demás mamadas de peluche (sin albur) que tú, y otros cabrones antes que tú, le han regalado. Peluches, mala opción.

- Los moteles están hasta la madre ese día. Hay miles de parejas que llevan años juntos y que pueden tener sexo aburrido, rutinario y monótono las veces que quieran, en los moteles que elijan, en el momento que se les antoje a lo largo de sus estúpidos, interminables y aburridos noviazgos. ¿Por qué hacerlo el 14 de Febrero? Eso no va a salvar su relación chavos, tendrán sexo aburrido el resto de sus vidas, dejen disponibles los moteles para los que somos libres y nunca sabemos si ese preciso día podemos necesitar de uno de estos "santuarios de pasión" para tener sexo emocionante, excitante y prohibido con nuestras parejas ocasionales. Es consejo de cuates y, además, no creo que sea el mejor modo de "festejar" el día del "amor". Super cliché. Más cliché que descubrir en una película que el asesino es el mayordomo. 
Nota: una forma jocosa en la que me gusta decirle a los moteles es "Ratonera", por aquello de que sirve para coger un ratón.... dato cultural.

-Tercer punto: enamorarse es aburrido. Y peligroso. Aburrido y peligroso. Aburrido porque, automáticamente, descartas a todas las demás personas del mundo para quedarte -temporal o permanentemente- con una sola persona. Una. Una sola persona. Peligroso es, porque cuando esa persona decide dejarte, por la razón que sea, te sientes más triste que un puto gordo sin McDonalds. Amigos y amigas: no es soledad, es libertad. 

-Por último, pero no menos importante, ¿quién quiere enamorarse? ¿quién necesita a alguien en quien confiar, a quien le puedas contar lo que te ilusiona, lo que te preocupa, lo que te alegra, lo que te hace pensar que la vida es maravillosa? ¿quién chingados necesita tener a una persona que te haga pensar que, después de todo, no estás sólo, porque dejaste de pensar en yo para empezar a pensar en nosotros? ¿quién necesita pensar que es bueno encontrar a alguien con quien puedas envejecer y llegar a un momento de la vida en que esa persona sea no sólo tu pareja, sino tu amiga, tu compañera, tu cómplice? ¿es que acaso alguien necesita saber que, pase lo que pase, siempre estará esa persona para darte la mano cuando necesites apoyo, ayudarte a levantar cuando tropieces o incluso cargarte cuando te derrumbes y no puedas o, mejor dicho, no creas que sea posible continuar?

A todo esto, ¿es posible llegar a sentir eso? 

Porque, si así fuera, ¿quién putas madres quisiera enamorarse?

Yo creo que todos.